Han sido dos pontífices los que han tenido relevancia mi vida; en 1986, Juan Pablo II, llegó a Colombia el día después de la muerte de Plutarco; siempre dije que él vino a celebrar la mísa de entierro. El otro es Francisco, gracias a Asuimagen Stockphoto, tuve la oportunidad de tomar fotos durante su visita en Bogotá y Villavicencio.
*Todas las fotografías son propiedad de Asuimagen Stockphoto, Derechos Reservados
Meses previos a la visita papal, Daniel de Asuimagen me ofreció la oportunidad de cubrir el evento. Dije si y luego, me entero que el tío de mi madre, el padre Pedro María Ramírez, sería beatificado en Villavicencio; en ese sentido, tuve doble oportunidad de crear una memoria familiar y una memoria nacional.
Previo al evento, cubrí dos ruedas de prensa, una en el Nuncio Apostólico donde informarían sobre el sitio de hospedaje y alimentación del Papa y la presentación del Papamóvil en la Casa de Nariño.
Luego seguiría la llegada de la Virgen de Chiquinquirá en la Plaza de Bolívar en Bogotá. Acá hubo muchas imágenes curiosas y esa era la intensión, encontrar esa reportería gráfica que cuenta historias. Comprendo que estas dos fotos no le rinden homenaje a ese credo, pero son más para contextualizar que realizar una crónica.
Durante la visita papal en el parque Simón Bolívar, las fotografías serían más de las personas que del pontífice.
Después de Papa al Parque, salimos con Juan Camilo directamente al terminal de transporte a tomar bus para Villavo. Yo tenía la beatificación y él una visita en otra locación. Llegamos a la capital del Meta en las horas de la madrugada y al día siguiente tocaba madrugar, estaba lloviznando.
El sitio al que llegué era un barrial. Había mucha mucha mucha gente esperando, el ambiente estaba cargado de esperanza, ansiedad, chismosos y la respectiva burocracia. Había otros fotógrafos y uno de ellos, superparanóico, me llamó la atención diciendo que tuviese cuidado con la caja de un lente 300mm ó 500mm, era de la agencia de prensa para la que él trabajaba y tiene toda la razón de cuidar su equipo de trabajo; otros colegas me miraron con cara de "no le preste atención, ese man es así".
Para el momento de la beatificación, Noemi Ramírez, mi tía y obvio, sobrina del difunto, estuvo en la tarima para acercarle al papa un pan y unas uvas (no recuerdo) como parte de la ceremonia. Ella no sabía que yo estaba presente y bonito generar sorpresa los días posteriores. No quise comentar sobre mi participación por la costumbre de ser arrogante y también porque de ahí, saldría yo a otro evento y no habría tiempo de visita.
Los presentes en la foto de arriba son de apellido Ramírez, no pude hablar con ellos por su comportamiento y barreras socioculturales, cosa que está bien. Dejo la imagen acá porque así como ellos, muchas personas querían tener una foto del recuerdo. Para muchos el Papa y el beato son personas que están más cerca de "Dios" y lo pongo entre comillas porque Dios, la fuente universal, es todo y no está limitado a jerarquías, nadie está separado del todo.
Como palabras finales, me gustó ser parte de un evento histórico tanto a nivel Colombia como a nivel Ramírez Chaux. No tengo conocimiento de cuanto tiempo debe pasar para la canonización, o si llegue a ocurrir por los temas sociopolíticos que actualmente vivimos.
Al finalizar el evento, me encontré con mis amistades y regresé a Bogotá al día siguiente con un guayabo, resaca o chuchaqui. Que mal ejemplo le doy a la familia don Pedro María, aparte de la sonrisa, sumercé qué dice?