Problemas Circológicos


Cuando nos invitaron a venir a este planeta nos dijeron que sería divertido y para eso nos montaron una función y mantenernos distraídos.  Salió el presentador y exclamó que esto sería temporal y que nos abrocháramos los cinturones porque siempre iba a haber curvas.

Y como todo circo se compone de eventos, salen los payasos (y no estoy hablando de nuestros papás) con su alegría, tontadas y reímos para evitar la amargura detrás del maquillaje.

Vemos el show de los tigres, orgullosos y/o/u arrogantes, rugiendo con ganas de atacar cuando los miran mucho a los ojos o cuando cualquier cosa los fastidia, esperando el momento indicado de deborar al enemigo.

Entran los acróbatas y hacen malabares y mantienen todo en balance, así como hacemos a diario con la vida personal, familiar, laboral, retados a que nada se rompa.

Siguen los elefantes, y al igual que el libro, nadie quiere hablar de ellos aunque son totalmente evidentes pero, hagámoslo invisible para evitar el tema.

Y como todo es fluido y siempre cambiante, ahora los animales son prohibidos pero la entretensión (si, con S) sigue hasta el último minuto.

Todo tenemos un tema circológico que aprendemos a manejar y a ratos se sale de las manos. Lo especial durante esta estancia es encontrar personas con circos divertidos y otros que son el vivo ejemplo de miseria ama compañía.  Como decía Guillermo Agitaperas, "el mundo es un escenario y tu eres un actor":

El mundo entero es un escenario,
Y todos los hombres y mujeres meros actores.
Ellos tienen sus líneas para las salidas y entradas,
Y un único hombre en su tiempo representa muchos papeles,
Y sus actos son siete edades. En primer lugar, el bebé,
Que maúlla y vomita en los brazos de su nodriza.
A continuación, el colegial, gimiendo, con su maletín
Y con su cara de la mañana, arrastra como un caracol
De mala gana a la escuela. A continuación, el amante,
Suspirando como un horno, con una triste balada
Compuesta para las cejas de su querida. Entonces el soldado,
Lleno de extraños juramentos, y barbado como el leopardo,
Celoso al honor, apasionado, siempre dispuesto a pelear,
En busca de fama, esta burbuja de jabón
En la boca del cañón. A continuación, el juez,
De la bonita barriga redonda, repleta de buen capón,
Por mirada severa y una barba bien recortada,
Lleno de sierras sabias e ilustraciones muy trilladas,
Y así desempeña su papel. Se cambia la sexta edad
En un Pantaleón magra y en pantuflas,
de las gafas en la nariz y una bolsa a su lado,
Sus pantalones usados por los jóvenes y bien conservados,
Son infinitamente demasiado ancho
Por su bastón-piernas, y su gran voz viril,
Volvió a falsete de niño,
Resuena chillando y silbando. La escena final,
Eso termina esta historia agitada extraña,
Es una segunda infancia y completo olvido,
Sin dientes, sin ojos, sin sabor, sin nada.
...William Shakespeare

Obvio que también recordé el poema de Jim Morrison La Película.  Aunque una película es otro tema, sigue siendo entretensión y el poema acá es válido. 

La película comenzará en cinco momentos.
La voz sin sentido anunció
Todos los desbancados esperarán el próximo espectáculo.

Entramos lenta y lánguidamente en el pasillo.
El auditorio era vasto y silencioso.
Mientras nos sentábamos y nos oscurecíamos
La voz continuó:

El programa de esta noche no es nuevo.
Has visto este entretenimiento de principio a fin.
Has visto tu nacimiento, tu vida y tu muerte.
Quizás recuerdes todo el resto.
¿Tenías un buen mundo cuando moriste?
¿Suficiente para basar una película?


Hablando de funciones


...y para dejar una nota musical, recordemos a Kiss y Psycho Circus, y conectando una idea con la otra, en estos días vi un video de cuántos días toma montar la tarima para Metallica.


Y de paso agreguemos a Fito Paez y Circo Beat.  


Conectando circo y conciertos, es bonito ver como por unos minutos de función olvidamos todo lo que tenemos que vivir, hacer; luego salimos del recinto para regresar a la función en la que nos hemos montado mientras respiramos.

Todo este tema da para escribir más y hasta crear un libro, un seminario, hasta ganarme un doctorado honorario, el premio nobel me quedará en pañales.