Foteros Egresados ICBA

"Quiero que nos encontremos con los otros egresados del técnico y aprendamos todas esas cosas que nos quedaron pendientes durante las clases", dijo Julio Granados mientras almorzábamos en Chapinero en noviembre o diciembre del 2014.  Enero de 2015 fue la primera cita.


Y fue muy grato, hablamos sobre hacer proyectos, compartirnos un poquito de nuestra conocimiento, se habló de hacer una exposición, trazamos temas a tratar con fechas, propusimos encontrarnos y tomamos mucho ese día.  Pero después del calor etílico, empezó el guayabo.

Me comprometí a dar la primera charla.  Pagué mi pasaje ida y vuelta a Tunja, llevé cámara y computador y aunque ni un tinto invitaron, creo que el público asistente comprendió mi temática. Julio no pudo asistir. 

Nos acompañaron los estudiantes de Fidel Gómez, él creo unos cursos de fotografía patrocinados, creo, por la Alcaldía y cuando llegué era la segunda clase que ellos tenían.  Mi temática era sobre qué es la fotografía digital y dentro de mucho blablablabla toque historia, actualidad y un poco de futuro. Esa misma tarde Darlin Bejarano compartió un poco de teoría de la imagen y creería que todos quedamos contentos.


Entre cosas, me quedé esperando las fotografías que me hicieron durante la charla, pero ya las encontré:


Como contaba, hubo problemas de comunicación.  Terminada la primera reunión propuse que estas charlas fueran abiertas a estudiantes e interesados, cobrar una cuota mínima; elaboré un esquema de proyectos a seguir pero nadie comentó si era buena la idea o no, todo quedó en un incómodo silencio pues cada quien está sumergido en su vida y mi propuesta requería de un líder.

Sumemos al problema unas palabras fuera de lugar para la presentación a la convocatoria de la Casa Rojas Pinilla.  En ese primer encuentro se redactó una propuesta pero estaba incompleta; la terminé y aunque quedo algo elaborada, volvemos al bello silencio y para el día del cierre de la convocatoria, se envió el primer texto que estaba mal redactado y no el mio por ser demasiado mamerto.  Y puede que sea verdad, pero el juego de palabras era bien incomodo pues venimos del "silencio" y que nadie dio un paso extra a fortalecer ese bebé creativo que estamos formando.


Después llegó el segundo encuentro y no pude asistir por razones laborales.  Julio estuvo a cargo y su tema era la luz.  El sintió un desplante parecido, llevó su cámara, computador y luces para compartir y el mismo tinto que no me ofrecieron, tampoco se lo dieron.  


Hablamos sobre el tercer encuentro pero nunca se llevo a cabo, nuestro compañeros en Tunja no quisieron ser justos con los viáticos para quienes viajábamos desde Bogotá.  ¿Era mucho pedir transporte y un almuerzo corriente?  La comunicación se rompió y el proyecto de Julio, ese bebé, quedó abandonado.  


Me juzgaran de materialista pero el tiempo, el conocimiento, los equipos, el transporte y la comida tienen un precio.  Es justo valorar el esfuerzo de las personas, pero si se piensa lo contrario, por lo menos exprésenlo, pero el solapado silencio es más prepotente y doloroso.


La verdad, si quedé desilusionado pero tampoco es el fin, de ahí comenzaron unos proyectos personales que aunque estén retrasados, siguen en pie.  Ahora pienso que otro error fue confiar en las personas equivocadas pero... cuando las cosas no son, pues no son.

Fue bonito volvernos a ver, no vayan a creer que todo fue negativo, hubo sonrisas que no se olvidan y nos hicimos esta foto, que considero icónica, frente a donde era Escuela de Artes.  Fuimos varios egresados pero a mi entender, somo sólo cinco los que trabajamos con fotografía, los demás?